Los niños salen solo un rato en las primeras horas de clases.
Actividades al aire libre como educación física, honores a la bandera nacional, el desfile de las Naciones Unidas, entre otras, han quedado suspendidas hasta nuevo aviso en la escuela primaria Club de Leones de la colonia San Miguel, al norte de Matamoros. Esto debido a que, desde marzo de este año, la techumbre fue derribada para evitar poner en riesgo la vida de los 306 alumnos del plantel.
La maestra Norma Delia Meléndez Flores, directora de la escuela primaria Club de Leones, aseguró que ya solicitaron la intervención del Ayuntamiento de Matamoros a través de la Secretaría de Educación para la construcción de una nueva techumbre; petición que, probablemente, sea atendida este año si se contempla dentro del presupuesto de egresos de 2026.
Sin embargo, estos obstáculos no detienen del todo las actividades en la escuela, pues las fechas a conmemorar deberán celebrarse conforme a las posibilidades del plantel. En este caso, el Día de las Naciones Unidas será representado con una serie de banderas de todo el mundo exhibidas fuera de las aulas, ya que el sol no permite realizar un desfile como el que se llevaba a cabo año con año.
“Yo solicité una rehabilitación de la techumbre porque las láminas ya estaban sueltas, y el Instituto Tamaulipeco de Infraestructura Educativa (ITIFE) ordenó el retiro total de la techumbre. Eso fue en 2023; en marzo de este año procedieron a retirarla, pero no se nos ha colocado otra. Por eso ya lo solicitamos tanto al gobierno del estado como al municipal, a ver quién nos puede ayudar con eso”, dijo.
Además de padecer los problemas por la falta de techumbre, los alumnos y docentes de este plantel se enfrentan a fallas en la energía eléctrica, pues la ausencia de un medidor en la zona norte de la escuela provoca que la carga de luz sea absorbida por la zona sur, generando apagones a mitad del día y dejando a los niños expuestos al calor si no se usa correctamente el equipo de aire acondicionado.
Ante esto, la maestra Norma Delia Meléndez Flores aseguró que, para mantener a los niños cómodos y sin pasar calor, encienden los equipos de aire y los dejan funcionando por un tiempo determinado. Transcurrido ese lapso, los aires se apagan, permitiendo que el salón quede fresco y dando oportunidad a otros grupos de encender los suyos. De esa forma, los niños sienten calor durante el menor tiempo posible.