Boca de Profeta…
El alcalde de Matamoros auguró crisis en la industria si no se optaba por buscar otras fuentes de empleo como los pequeños negocios, la agricultura, ganadería y pesca; hoy esa crisis se volvió una realidad.
EnFrecuencia.com
Hay quienes tienen boca de profeta ya que sus vaticinios se convierten en realidad para asombro y en otras ocasiones envidia de los demas, asi es lo que pasa con el alcalde de Matamoros Mario López quien tiene la facultad de ver más allá, esto a comparación de muchos otros que han ocupado la silla presidencial de Matamoros.
Hacemos referencia a esto debido que meses atrás, el edil en una reunión habría presagiado que de presentarse una contingencia que afectase a la industria maquiladora, pilar de la economía local, vendría a trastocar la vida de los matamorenses por lo que era necesario voltear los ojos a otros sectores que sean igual de productivos como una alternativa para el desarrollo económico de la ciudad.
Pues sus palabras se vuelven realidad mucho antes de lo esperado y con la presencia de esta pandemia, un Covid-19 que en pocas semanas está paralizando ciudades, estados y países enteros, sobre todo aquellos con los que la industria maquiladora de Matamoros está fuertemente ligada, situación que esta causando grandes afectaciones al grado que ya empresas están paralizando labores ante la falta de insumos, enviando a sus viviendas a obreros temerosos ante el incierto panorama económico si al concluir la pandemia su silla en la maquiladora los estará esperando o tendrán que ir buscando otras opciones.
El alcalde Mario López tenía razón; es necesario voltear a ver otras opciones como la pesca, la agricultura o la ganadería, donde se requiere mayor inversión y que por su ubicación geográfica Matamoros es privilegiada, que además de generar empleo, reactivaría estos sectores que durante años fueron el soporte de este ciudad fronteriza.
Hoy, nos enfrentamos a una crisis mundial económica, de salud y moral, misma que tal vez estaría siendo tomada desde otro ángulo si los matamoreneses tuvieran otra posibilidad laboral y no dependieran en gran manera de la industria maquiladora.